Paisajes de la sal son los que se producen por la presencia, en distintas formas, de agua salada en el ambiente. Esta circunstancia, inherente a las zonas cercanas a mares y océanos, es rara y frágil tierra adentro. Pero la rareza y fragilidad no son obstáculo para que exista una gran variedad de estos paisajes. En el caso concreto de los humedales salinos del interior de la Península Ibérica, nos podemos encontrar con saladares, salobrales, pastos salinos, ramblas saladas y lagunas salinas o saladas, que son fácilmente identificables en algunas zonas.
En el primer tomo de la miniserie “Los paisajes ibéricos de la sal” se trató de las explotaciones de sal del interior de la Península Ibérica. En esta ocasión se presta atención a otros paisajes de la sal: aquellos que existen de forma natural y que, por sus características, son ecosistemas frágiles, valiosos y únicos en el contexto europeo. Tradicionalmente poco o nada apreciados, estos humedales son lugares donde la confluencia de distintos factores, desde geológicos a climáticos, han producido un mundo diferente donde especies vegetales y animales se han adaptado a unas condiciones particularmente duras.
En este libro el lector encontrará un censo de humedales salinos de interior de España y Portugal y la presentación detallada de ocho lugares representativos de estos especiales paisajes de la sal repartidos por la Península Ibérica.
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